viernes, 24 de junio de 2022

PROYECTO SILVERVIEW, de John le Carré (2021)


Lectura 24/2022 (24-06-2022) 

Puntuación: 0/10 Solo se lo recomiendo a mi peor enemigo.

Autor: John le Carré (Reino Unido, 1931 - Reino Unido, 2020)

Título: Silverview

 Año: 2021

Traductor: Ramón Buenaventura

Editado en 2022 por la Editorial Planeta, 296 páginas, ISBN 978-84-08-25181-1

Argumento: Julian Lawndsley ha renunciado a su exigente empleo en la City de Londres para llevar una vida más sencilla como propietario de una librería en una pequeña ciudad costera. Sin embargo, un par de meses después de la inauguración, la tranquilidad de Julian se ve interrumpida por una visita: Edward Avon, un inmigrante polaco que vive en Silverview, la gran mansión a las afueras del pueblo, quien parece saber mucho sobre la familia de Julian y muestra un interés exagerado en el funcionamiento interno de su modesto negocio. Cuando aparece una carta en la puerta de un espía de alto rango en Londres advirtiéndole de una peligrosa filtración, las investigaciones lo llevarán a esta tranquila ciudad junto al mar... Una extraordinaria novela inédita sobre los deberes de un espía con su país y la moral privada.

Mi opinión: Esta ha sido una lectura francamente decepcionante. No he leído ninguna obra de este autor antes, pero conocía su nombre de haber visto sus publicaciones en alguna estantería de alguna librería y de un tiempo a esta parte tenía yo cierto interés en abordarlo. Al fin llegó la ocasión con Proyecto Silverview, que vi por casualidad en la sección de novedades editoriales. Portada decente, y sobre todo, una buena sinopsis en la contracubierta. El autor era un exespía británico, recientemente fallecido, que había dejado esta novela entre sus papeles, aparentemente terminada, pero inédita. Me animé a iniciarme en el mundo literario de John le Carré. ¿Qué podía salir mal? Salió mal.

Desde la primera página me resultó desconcertante lo que leía. Primero, por la historia en sí misma, pues si bien se supone una de espías, yo no los veía por ningún lado. Los personajes son anodinos, huecos, vacíos como figuritas de cartón. El protagonista es un librero que vive en un pueblo insignificante de la costa inglesa, una vida irreverente, insulsa, que no me puede interesar menos. Sus acciones, diálogos y pensamientos me resultaban, por emplear el término justo, soporíferos. Literalmente me quedé dormido varias veces antes de llegar a la página 50. ¿Y este es le Carré? ¿El gran autor superventas? 

Antes de llegar a la página 100 tuve que indagar en Internet. Pronto averigüé que su hijo (y heredero) encontró el manuscrito de su padre y decidió publicarlo con pocos o ningún cambio, aunque aparentemente revisado. Bien, pues si esto ha sido revisado por una inteligencia humana, paren el barco que me apeo en este puerto. Seamos sinceros: no ha sido revisado. La historia es fría e insustancial. No avanza por más que pases páginas. Cada línea que lees es olvidable. Como borrador de una futura novela tiene cierto crédito literario, pero como producto de consumo finalizado y listo para llegar a las manos del lector, carece de buen gusto. Es ingenuo creer que prolongué la tortura de esta lectura hasta el final. Abandoné el libro. Tengo mejores novelas en lista de espera a las que dedicar mi escasísimo tiempo. Abandoné Proyecto Silverview sin entender aún de qué va esta historia, sin haberme emocionado en ningún momento.

Por último, mención honorífica al traductor. Es un trabajo pésimo. Decir lo contrario sería alentar la mediocridad de aquellos traductores que se dejan la piel en sus textos. Primeramente el traductor incurre en laísmos tan sorprendentes como intolerables. "La dijo" y cosas por el estilo. Eso no, señor traductor, eso está mal. Pero bueno. Lo peor de esta traducción es la innecesaria repetición de palabras en el mismo párrafo. No sé si el manuscrito daba pie por contener repeticiones en origen, pero el trabajo del traductor no debería ser crear un producto literario cuya lectura obliga a caer una y otra vez en repeticiones léxicas cansinas. Y en tercer lugar, lo peor de la traducción es el uso de un lenguaje extrañamente coloquial para una obra literaria. "Contento como unas castañuelas" y "un frío que pela" son expresiones que un narrador de una novela de espionaje británico -o su traductor- no deberían emplear. Rompe totalmente la narrativa. Me arranca de la lectura, me hace desear tener un cóctel de Orfidal cerca para calmar la crisis nerviosa que me sacude la espina dorsal.

No descarto a John le Carré para el futuro. Dentro de unos años, cuando cancele este antecedente penal, le daré otra oportunidad. Seguro que tiene otros libros -los primeros tal vez- mucho mejores que esta bazofia de Proyecto Silverview

Es mi opinión. Tú tendrás la tuya, si lo lees.

viernes, 17 de junio de 2022

LIMPIEZA DE SANGRE, de Arturo Pérez Reverte (1997)


Lectura 23/2022 (17-06-2022) 

Puntuación: 10/10 Sí lo recomendaría.

Autor: Arturo Pérez-Reverte (España, 1951) 

Título: Limpieza de sangre

 Año: 1997 

Editado en 1998 por la Editorial Círculo de Lectores, Barcelona, 250 páginas, ISBN 84-226-7253-7

Argumento: A punto de incorporarse a su antiguo tercio en Flandes, Diego Alatriste se ve envuelto por mediación de su amigo don Francisco de Quevedo en otra peligrosa aventura. Una mujer ha aparecido estrangulada en una silla de manos frente a la iglesia de San Ginés, con una bolsa de dinero y una nota manuscrita: «Para misas por su alma». El enigma se complica con los sucesos misteriosos que ocurren tras las paredes de un convento, cuando Alatriste es contratado para rescatar de allí a una joven novicia. En el azaroso y fascinante Madrid de Felipe IV, entre lances, tabernas, garitos, intrigas y estocadas, la aventura pondrá en juego la vida de los amigos del capitán, haciendo surgir del pasado los fantasmas de viejos enemigos: el pérfido secretario real Luis de Alquézar, el inquisidor fray Emilio Bocanegra y el siniestro espadachín italiano Gualterio Malatesta.

Mi opinión: La novela Limpieza de sangre forma parte de la serie de obras que realzaron la fama al autor, a finales de los años noventa del pasado siglo, y que incluso fueron llevadas al cine en 2006. Novelas de acción ambientadas en la España del año 1623, que toman a Diego Alatriste como protagonista y héroe antitético, o cuanto menos peculiar. Esta es la primera novela que leo de esta serie, aunque es una de las pocas que me faltaba por leer de este autor, a quien admiro por encima de muchos otros. Aunque se define como un escritor profesional y no como un artista de la escritura -si es que existe tal diferencia-, puedo afirmar en esta reseña que Arturo Pérez-Reverte domina como nadie el arte de la escritura para transmitir historias.

Limpieza de sangre es una novela potente, inspiradora, de esas que despiertan el voraz apetito del saber. Bien complementada con las vivas ilustraciones de Carlos Puerta, y la magnífica maquetación del texto en la edición de Círculo de Lectores, pues evoca con detalle el estilo histórico de las obras impresas en el lejano siglo XVII. Vamos a la novela en sí: a medida que uno se adentra en sus páginas lo hace también en los callejones oscuros del viejo Madrid, en los vericuetos de la España del Siglo de Oro, una sociedad que dominaba el mundo conocido y que había forjado su liderazgo internacional pero que ya empezaba a declinar poco a poco. Algo en lo que Arturo Pérez-Reverte es un maestro de maestros es en el poder de sus descripciones. Siempre breves y simples, encierran en realidad el poder de evocar en la mente del lector exactamente cada detalle de los que componen la escena con la misma viveza que si esta se sucediese ante nuestros ojos.

La prosa de Arturo Pérez-Reverte es única, magistral. Destaca frente a la gran mayoría de autores por ese dominio experto del idioma español, pues no en vano es un académico de la Real Academia Española. Ahora bien, en Limpieza de sangre -como también en las otras novelas del capitán Alatriste- el lector asiste a un despliegue técnico inaudito. Arturo Pérez-Reverte se atreve a sugestionarnos recurriendo al lenguaje propio de la época, tanto en las voces de sus protagonistas como también en el narrador en primera persona que encarna al personaje del vasco y ayudante de Alatriste, el joven Íñigo Balboa Aguirre. Es justo reconocer que casi en cada frase hay alguna palabra que yo desconocía, pues no solo los personajes recurren ocasionalmente a la jerga callejera del Siglo de Oro, sino que la novela es un repertorio infinito de expresiones, refranes y dichos populares de la época, extraídos sin duda de las obras de los clásicos de la literatura de aquella época. Clásicos que Pérez-Reverte no solo conoce sino que admira, como él mismo afirma en las entrevistas que ha concedido desde hace años. La guinda del pastel en cuanto a la verosimilitud lingüística de la novela es el recurso a los sonetos del poeta Francisco de Quevedo, quien habla con voz propia también en las páginas de esta novela. Sus rimas ilustran ciertos momentos o escenas con excelente acierto.

Otro punto a favor de Limpieza de sangre es que la aparente sencillez de su trama, con descripciones y dosis de acción bien repartidas, no enmascara la innegable complejidad ambiental de esta historia. Lo que más se disfruta en su lectura no es la propia historia, que es apropiada en su buena medida, sino el vasto mundo que el autor construye alrededor de la misma. Sentimos la ciudad viva, sentimos a los personajes que no son tal, sino hombres vivos que la habitan, y podemos percibir los ruidos y olores del Madrid de la época. Todo ello provoca en el lector el deseo de seguir leyendo. Y también, por supuesto, de maldecir con un "¡Pardiez!" la insuficiente extensión de la novela, pues sus cerca de 250 páginas son una pequeña cuchara para tan gran pastel. Ojalá fuese el doble, y me quedo corto. Sin duda releeré esta novela dentro de un tiempo, pero antes me animo a conocer mejor la literatura, la pintura y la historia del Siglo de Oro para que cuando vuelva a estas páginas, la experiencia sea todavía más auténtica.

Es mi opinión. Tú tendrás la tuya, si lo lees.

viernes, 10 de junio de 2022

ESCIPIÓN EL AFRICANO, de Santiago Posterguillo (2015)


Lectura 22/2022 (10-06-2022) 

Puntuación: 4/10 No lo recomendaría.

Autor: Santiago Posterguillo (España, 1967)

Título: Escipión el Africano. El hijo del cónsul.

 Año: 2015

Editado en 2015 por Ediciones B, 854 páginas, ISBN 978-84-9838-679-0

Argumento: A finales del siglo III a.C. Roma está a punto de ser aniquilada por los ejércitos cartagineses al mando de uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos: Aníbal. Su alianza con Filipo V de Macedonia, que pretendía la aniquilación de Roma como estado y el reparto del mundo conocido entre Cartago y Macedonia, constituía una fuerza imparable que podría haber cambiado para siempre la historia de Occidente. Pocos años antes del estallido del conflicto, nació un niño llamado a realizar grandes proezas: Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul de Roma durante el primer año de la guerra. Ya joven oficial, iniciaría un difícil camino, sorteando obstáculos y buscando alianzas imposibles. Sus hazañas le valieron el sobrenombre de Africanus, en alusión a uno de los territorios que conquistó. 

Mi opinión: La novela Escipión El Africano empieza bien pero se tuerce a medio camino y se convierte en un tocho infumable. Que sea un superventas y goce del beneplácito de la crítica no la hace una buena novela, al contrario. Es un indicativo del conformismo de muchos y del poder de la publicidad que sin duda ha beneficiado al autor. Pero la novela, en si misma, no es una obra literaria de calidad. El autor ha demostrado que sabe juntar las letras, pero no sabe escribir. No sabe crear un producto literario, cohesionado ni convincente desde el punto de vista artístico. Carece por completo de estilo literario y sin eso tenemos un buen libro que recopila hechos históricos. Es un libro de texto, un manual de historia académica, pero no es una novela.
Me llamó la atención muy positivamente la meticulosidad del autor para describir los detalles más pequeños de la vida diaria en la Roma del siglo tercero antes de Cristo. La ambientación refleja la excelente capacidad del autor para documentarse acerca del periodo histórico. El problema es que esa documentación se vuelva sin medida en el texto. Las descripciones carecen de vida, son tan realistas que aburren. Se explica todo de forma mecánica, sin alma. Es un rollo infumable que hace perder al lector el interés de puro aburrimiento una vez llegado a la mitad más o menos de la novela. En ese punto uno se da cuenta de que la narración se vuelve repetitiva. Las batallas militares se encadenan unas con otras pero son, en esencia, la misma, porque carece de alma. Tal vez el autor emplea una plantilla porque son demasiado similares unas de otras. El ejército enemigo lleva la delantera, los hombres de ambos mandos mueren de la forma más sangrienta posible, el protagonista es herido en una pierna y finalmente vence en el último momento. A la quinta batalla de este estilo uno empieza a perder el interés.

Pero no es ese el problema de la novela. De hecho las batallas se agradecen para tener un poco de acción. El problema es que los personajes son recortes de papel, puramente huecos y planos. Carecen de sentimientos reales y se comportan como malos actores leyendo un guion escrito para ellos. Por ejemplo, la historia de amor entre el protagonista y su esposa es inexistente. El autor insiste en que se aman más allá de la vida y la muerte y que un amor como el suyo no se ha visto jamás, pero, ¿cuál es el fundamento? Ninguno. Simplemente se nos dice que es así y debemos creerlo. Es un amor blando y falso, pues ya desde la primera ocasión en que ambos se conocen por primera vez se aman sin dudarlo. Será cosa del destino. Es un amor sin conflictos, ñoño y cursi.

El único personaje que me resultó verosímil y que me ha transmitido alguna emoción ha sido Plauto, tal vez por su sencillez aparente, porque es el único que persigue un objetivo identificable y que despierta empatía por su mala suerte. Los demás personajes están porque sí, porque toca, hacen lo que se supone que tienen que hacer y suelen morir cuando no son necesarios. Ninguno de ellos evoca ninguna emoción. En ocasiones son un estorbo para la continuidad narrativa. Los malos son malísimos, crueles y oscuros. Los buenos son ángeles de luz celestial.

El texto no está pulido. Se reitera información, como si el lector fuese olvidadizo o directamente bobo. De hecho, incluyo este fragmento de la novela, como ejemplo, para que contemos cuántas veces en el mismo párrafo se informa al lector de que el general romano quiere apresar vivo al griego Arquímedes. "Nos hace falta ese hombre vivo". Luego, "Y a ese Arquímedes, lo quiero vivo". Y por último: "¡Precisamente por eso (...), le necesitamos vivo". En este punto me planteé dejar la novela. Leer tres veces la misma frase en la misma página sin ninguna justificación me cansa, me irrita. Me hace pensar que no hay cariño en el texto, que el autor no se preocupa en cuidar al lector, pues no ha revisado el texto con el suficiente detalle. Escribe tantas palabras por kilo, al peso, sin importar la calidad. Solo cantidad ingente de texto.


Como aficionado a la novela histórica, esperaba mucho más de Escipión El Africano. Santiago Posterguillo me ha decepcionado, pues mi conclusión es que tomó un manual de historia sobre la Antigua Roma, lo convirtió en una plantilla de texto, y se limitó a añadir algunos diálogos aquí y allá. Pero no existe historia, ficción, emoción. Es una sucesión cansina de episodios históricos narrados sin alma. El libro entretiene, es cierto, pero solo hasta la mitad. Es excesivamente largo y hay mucho contenido que directamente sobra. No habría sido tan duro con esta crítica si se tratase de otro título, pero viendo la excesiva buena valoración que Escipión El Africano tiene, siento que debo hacer esta crítica porque sinceramente, no comprendo que guste tanto este libro cuando hay otras novelas históricas prodigiosas que pasan desapercibidas. Una excelente campaña de comunicación, la aparición constante del autor concediendo entrevistas en todos los medios de comunicación que pertenecen al grupo Planeta, la editorial que ha publicado este libro, imagino, tiene algo que ver.

Es mi opinión. Tú tendrás la tuya, si lo lees.

viernes, 3 de junio de 2022

LOS GUARDIANES, de John Grisham (2019)


Lectura 21/2022 (03-06-2022) 

Puntuación: 8/10 Sí lo recomendaría.

Autor: John Grisham (Estados Unidos, 1955)

Título: The Guardians

 Año: 2019

Traductora: Nieves Calvino Gutiérrez

Editado en 2020 por la editorial Penguin Random House Grupo Editorial, 397 páginas, ISBN 978-84-01-02437-5

Argumento: En la pequeña ciudad de Seabrook, Florida, un prometedor abogado llamado Keith Russo fue asesinado a tiros una noche mientras trabajaba hasta tarde en su despacho. El culpable no dejó pistas. No hubo testigos, nadie tenía un motivo. Pero la policía pronto sospechó de Quincy Miller, un joven negro que había sido cliente de Russo. Miller fue juzgado y condenado a cadena perpetua. Durante veintidós años languideció en prisión, manteniendo su inocencia sin que nadie lo escuchara. Desesperado, escribe una carta al Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro liderada por el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post. Post viaja por el país luchando contra sentencias injustas y defendiendo a clientes olvidados por el sistema. Sin embargo, en el caso de Quincy Miller encuentra obstáculos inesperados. Los asesinos de Keith Russo son personas poderosas y despiadadas, y no quieren que Miller sea exonerado. Mataron a un abogado hace veintidós años, y matarían a otro sin pensarlo dos veces.

Mi opinión: Esta novela me ha sorprendido muy favorablemente. Yo no conocía a John Grisham y debo decir que tras leerle por primera vez he descubierto un tesoro novelístico. Los Guardianes es una de las últimas obras de este superventas estadounidense de la novela negra, y mi experiencia lectora ha sido tan positiva que sin dudarlo me lanzo ahora a la lectura de sus otras publicaciones. Vamos a criticar aquí la novela en cuestión.

Este libro llegó a mí por casualidad, sin esperarlo, y empecé a leerlo sin ninguna pretensión. Desde el minuto uno hubo algo que me enganchó. No soy lector asiduo de novela negra y de hecho esta literatura oscurantista y sangrienta tiende a desincentivarme. Uno de los motivos por los que aun así continué con la lectura es que John Grisham es un buen novelista. Sabe lo que quiere contarte, te lo cuenta, y además te hace participar en su historia. Parece decirte en cada página: eh, no lo dejes, solo lee un poco más, ¿no quieres saber cómo continua? Pocos como él logran enganchar al lector. Y si lo ha conseguido conmigo, que suelo cerrar una novela negra en menos de cincuenta páginas, creo que este autor gustará mucho a los asiduos del género negro. 

Otro punto a favor que destaco de esta novela es que como leemos en la sinopsis, la trama principal de la novela tiene mucho que ver con el sistema judicial estadounidense, los abogados, jueces y fiscales, y el batiburrillo de las investigaciones criminales, desde comisarios poco profesionales o éticos en pueblos de la América profunda, hasta brillantes investigadores del FBI. Si al lector le gustan las clásicas series de televisión detectivescas en las que se sueltan unas pocas pistas para resolver un crimen, esta novela es suya. La novela incluye una fuerte dosis de crítica a los defectos del sistema judicial y al ensañamiento que en ocasiones éste tiene con víctimas inocentes. Y todo ello se cuenta sin necesidad de escenas sangrientas o crueles, que por desgracia son los elementos que últimamente han estereotipado la novela negra.

La prosa de John Grisham es acertada y muy directa, rozando la acción casi siempre y solo muy de cuando en cuando, dedicada a narrar en lugar de mostrar. Otro punto a su favor. Los Guardianes es una historia bien escrita que avanza por sí sola. Tiene además unas pocas tramas distintas entre sí pero muy bien hilvanadas, de forma que al final todo encaja. Solo me ha quedado un cabo suelto en el último capítulo, pero es tan poco relevante que no estropea el resultado final. La historia principal es altamente satisfactoria y aunque no revelaré el final, el lector queda con una buena sensación. Eso sí, esta historia está inspirada en hechos reales y así lo explica el autor en un fragmento independiente de la novela.

Debo hacer una mención especial a la excelente traducción de Nieves Calvino, que realza en el idioma español el brillo que ya de por sí, estoy seguro, tiene el original. Sobre todo porque la novela se adentra en las entrañas del sistema judicial norteamericano sin que el lector se sienta perdido en ningún momento y eso tiene cierto mérito.

En conclusión, Los Guardianes, de John Grisham (no confundir con otros títulos homónimos de otros autores) es una novela que engancha, de lectura ágil y amena, que mantiene en vilo al lector desde la primera hasta la última de sus casi cuatrocientas páginas. 

Es mi opinión. Tú tendrás la tuya, si lo lees.

LA LISTA DEL JUEZ, de John Grisham (2014)

Lectura 20/2022 (27-06-2023)  Puntuación: 8/10 Sí lo recomendaría. Autor: Emilia Pardo Bazán (España, 1851 - España 1921) Título:  La cita y...